BORRACHOS NO VALE

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martes, 17 de diciembre de 2013

EL EFECTO TEQUILA

¡¡Tequila!!Un tipo entra en un bar y ve en la barra una jarra enormellena hasta arriba de billetes de 10?A ojo de buen cubero, calcula que habrá por lo menos diez mil euros. Y le pregunta al camarero: "¿y esta jarra llena de dinero?" "Es como una apuesta..., usted mete un billete de 10?, y si pasa tres pruebas, se lleva todo ese dinero y un BMW nuevo " El tipo no quiere desperdiciar la oportunidad, y pregunta: "¿cuáles son esas tres pruebas?" "Primero meta el billete, son las reglas" Tras pensarlo un rato, el hombre se decide y mete el billete de 10? en la jarra"Vale", dice el camarero, "esto es lo que tiene que hacer": "Primero: tiene que beberse una botella de tequila, sin hacer un sólo gesto, y en menos de un minuto". 

"Segundo: Hay un pit bull atado en el patio de atrás, y tiene una muela picada que le duele. Tiene que sacarle la muela con sus manos, sin guantes".

"Tercero: Hay una viejecita de 90 años en el piso de arriba, que todavía es virgen, tiene que hacer el amor con ella". 
El hombre se queda atónito: "Ya sé que he pagado mis 10 euros, pero no soy idiota!" "No voy a hacer todo eso!" "Hay que tener muchos cojones para beberse una botella de tequila y luego hacer esas otras cosas!". 
"Como quiera," le dice el camarero, "pero su dinero se queda donde está." El tipo se queda en la barra, rumiando su decisión, y después de un par de copas, finalmente salta: "vale, ¿donde está ese maldito tequila?" 
Coge la botella con las dos manos y se la bebe todo lo rápido que puede. Le resbalan por la cara dos lagrimones enormes, pero no hace ni un gesto, y tarda sólo 58 segundos! A continuación sale, tambaleándose, por la puerta de atrás, donde está atado el pit bull. Enseguida, la gente que está en el bar empieza a oír gritos horribles, gruñidos, chillidos, gemidos, golpes.....los clásicos ruidos de una pelea considerable...y de repente, el silencio otra vez! Todos creen que el hombre está muerto, pero de repente, vuelve a entrar en el bar, todavía tambaleándose. La ropa hecha jirones y lleno de arañazos, mordiscos y heridas, cubierto de sangre por todos lados.
Con la voz pastosa de un borracho, le dice al camarero: 
"venga, ¿dónde está esa viejecita con la muela picada?".  

 

miércoles, 15 de mayo de 2013

LA MONJITA DESPISTADA


Una monja, en necesidad de usar un sanitario, entra en un publico.
El local es bullicioso, con música alta y conversaciones de los parroquianos.
Por momentos las luces se apagan y el local entra en un frenesí de gritos.
Sin embargo cuando los clientes vieron a la monja, el salón quedó en un silencio congelante.
La monja se dirige al cantinero y pregunta:
"¿Podría utilizar su servicio higiénico?"

El cantinero le responde:
"O.K. Pero deseo advertirle que allí hay una estatua de un hombre desnudo, cubierto solo con una hoja de parra, cuyo miembro viril parece muy real..."

"Bueno, en ese caso miraré para otro lado", dice la monja.

Dicho eso, el cantinero le indica donde se encuentra el baño

Después de algunos minutos, regresa la monja y recibe un muy caluroso aplauso.
Ella dirigiéndose al cantinero le dice:
- No entiendo, ¿por qué me aplauden si solo fui al servicio?
- Bueno, bueno... Ellos saben que ahora usted es una de los nuestros !... ¿Le ofrezco un trago?
- No, Gracias !... pero aun no logro comprender... -dice perpleja.
Riéndose el cantinero responde:
- Hermana, cada vez que alguien levanta la hoja de parra, se apagan todas las luces...
-         vamos, tómese el trago.

sábado, 23 de marzo de 2013

LA FÁBULA DEL GÜEVÓN





LA FÁBULA DEL GÜEVÓN

Se cuenta que un grupo de personas se divertían con el Güevón del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas. Diariamente algunos hombres llamaban al Güevón al bar. donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: Una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió:

Lo sé, no soy tan Güevón, vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más monedas.

Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece Güevón, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos Güevones de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
 Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre  nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.
 'El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser Güevón... delante de un Güevón que aparenta ser inteligente'.